miércoles, 27 de julio de 2016

ALBERTO LAMELAS; EL HEROE SIN NOMBRE

Mont de Marsan 2016.
 

Alberto Lamelas, de Cortijos Nuevos (Jaén) a sus treinta y un años lucha por bajarse del taxi y subirse al carro del escalafón de matadores. Torero de alternativa tardía ( 2009) y valerosas cualidades ha sido noticia de nuevo en su exilio francés.
El pasado domingo en Mont de Marsan cortó una de las orejas más meritorias del año. Después de jugarse la vida literalmente con un miura acaballado que lo cogió de salida para matarlo. Voló el jienense boca abajo contra el estribo en una caída desde las nubes saliendo milagrosamente sin desnucar pero con una paliza terrorífica y una cornada en la cara. El recibo capotero fue de tal emoción y desparpajo que puso a todo el personal a favor. Con gracia y vistosidad lanceó al indómito miura que acabó prendiéndole en el intento de remate por revolera.



Se rehízo cual boxeador caído en la lona y volvió a la guerra de las tarascadas y los gañafones. Faena de emoción y entrega absoluta.  Honradez y sacrificio para llamar la atención una vez más.
El caso es que en España nadie le hace caso y no es contratado en ningún sitio. Se ha exiliado en la s ferias de Francia del toro duro y la plaza pequeña. Allí si premian a los héroes sin nombre. Allí repiten a los que dan la cara y se la dejan partir. Y es que Lamelas ha pagado con sangre sus triunfos en territorio galo. Este año en Alés fue corneado duramente en la femoral en una corrida de primavera. Y el pasado año, otro tabacazo de consideración.



Aún se recuerda su heroica actuación de 2014 en Vic Fezensac; santuario del toro grande y duro. Con un bisonte de Dolores Aguirre de 650 kilos que había derribado cuatro veces al piquero y que acojonó a todas las cuadrillas por su volumen, pitones y violencia. Se llamaba CANTINILLO el doloresaguirre. Daba un miedo atroz. Y salió Alberto a jugársela. Sin nada en el horizonte. Solo la lidia y el reto de dar muerte a semejante mostrenco. La faena fue un toma y daca entre arreones pavorosos, cabezazos y hachazos. Alberto se inmoló con un valor espartano e una faena de "ayy" y de tila en el tendido. La estocada fue a ley. El último esfuerzo de un hombre vacío por la entrega y el valor consumido. Enmudeció Vic y aquello le sirvió para abrir sitio en plazas de la zona para matar lo más complicado del campo.  La oreja fue la de mas valor de aquel año en Francia y en el mundo taurino. Había que tenerlos muy bien puestos.

Lamelas y Cantinillo.
 
Lamelas modesto, sin ruido y a lo suyo pelea por dejar aparcado su taxi con el que campea el temporal de los largos inviernos. En su muleta y su capote está la moneda para bajarse del coche.
Pero no le hacen ni puñetero caso. En su confirmación en Madrid hace tres años dejó impronta de ser un torero de gusto y buenas formas cuando los toros le permiten ponerse bonito. Pero tras una digna confirmación no le han vuelto a poner ni en una gayumbada de Agosto. Un despropósito.
El caso de Lamelas es un ejemplo de lo duro que es el toreo para algunos o para muchos. Pero su fe y su valor pueden derribar las barreras que le ponen cada vez que intenta asomar la cabeza. Y a lo mejor una tarde en una feria con renombre puede salirle el toro que le arregle el futuro.
Hasta ahora la lucha titánica de Lamelas sigue y sus gestas por las plazas del torismo son sus foros romanos donde derrocha valor y entrega a raudales frente a fieras corrupias.
La paciencia es un árbol de raíces amargas que termina dando frutos dulces. El lo sabe y es de justicia que algún día le llegue un poquito de gloria y reconocimiento al héroe sin nombre de Jaén: ALBERTO LAMELAS.

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