martes, 9 de agosto de 2016

CURRO DIAZ EL ARTISTA MADURO.



CURRO DIAZ, Linares (1974); está siendo uno de los toreros de esta temporada. Sin mucho ruido y después de la temporada pasada en la que apenas se vistió de luces ha escalado desde abajo hasta posicionarse como un referente de este verano taurino.
Allá por marzo y en la primera de la temporada en Las Ventas abrió la puerta grande en una actuación notable y entregada. Pero como está el taurineo como está, se quedó fuera de Sevilla, Madrid y otras ferias ya programadas de antemano pasándose la primavera en su casa con las dos orejas cortadas en la pared.
Pero la llegada del verano anima el calendario con ferias de menor relieve en pueblos y plazas de medio pelo. Y ha aparecido Curro en varias de ellas.
Y nos ha mostrado lo que ya advertimos en su gran tarde de puerta grande en Madrid. Una evolución en su toreo. Una maduración evidente en técnica y calidad. De todos es sabido que este torero es un estilista consumado. Un artista fino. Un torero de arte puro. Otro torero de Linares, tierra de toreros buenos.



Su carrera siempre fue de altibajos. Medroso en ocasiones no terminaba de apostar con toros que pedían pasar la raya y jugársela. Por eso no fue figura. Pero su toreo de filigrana y sus remates por trincheras, ayudados y del desprecio son ya legendarios. Casi nadie los interpreta con tanto gusto y elegancia. De eso se valió para ser un torero esperado y bien visto en cualquier plaza.
En su mejor momento en 2010, cuando había entrado en las ferias y alternando con los de arriba, una cornada dolorosa y grave en Sevilla le apartó largamente de los ruedos y a punto le hizo colgar el chispeante por las secuelas. A partir de ahí se olvidaron de él las empresas y tuvo que empezar de nuevo desde abajo.



Una escalada lenta y con pocos contratos en tiempos de flagrante reducción de corridas. Curro ha macerado su toreo. El banquillo le ha mejorado su técnica y su solvencia. Siempre fue el rey del medio pase. Embroque e inicio buenos pero con poca profundidad y corto trazo. Abuso del pico también fue un defecto reiterado y un perfilerismo enfermizo. Se quedaba su toreo a medias por no rematar los muletazos con  largura.
Pero se ha apreciado un cambio a mejor en la extensión de sus lances y muletazos. Despidiendo mejor las embestidas y sobre todo llevando más toreados y templados a los animales. Rematando todo como mandan los cánones. Y con ese sentimiento de los artistas grandes. y oliendo a torería...


Este año y con diferentes encastes, matando de todo ha mostrado su mejor versión en sus casi 19 años de alternativa. Tuvo que matar al toro que acabó con la vida de Víctor Barrio y al día siguiente ir a San Fermín a matar un corridón. En silencio. Un gesto de hombría y torería.
En Ceret dio la cara y recibió una cogida espeluznante que pudo ser fatal con una corrida de las de allí. De las duras.
En Calasparra indultó un Victorino al que cuajó de forma primorosa. Antes otro le había partido la cara literalmente de un pitonazo en una labor entregada y valiente. Y en Azpeitia llegó una faena para enmarcar. Sedoso trato a un suave "pedraza".Toreando al ralentí. Despacio. Con temple y regusto. Pura orfebrería. Los pases de pecho ligados sin enmienda y con salida por la hombrera contraria fueron cuadros eternos. Cintura cimbreante, cuerpo enroscado y acompasado a las embestidas lentas. La ligazón con ritmo y sutileza. Los vuelos de la tela con las yemas de los dedos...Un deleite para los sentidos.



Faenas como esas nos hacen seguir soñando con EL TOREO. En estos tiempos del pegapasismo.
Díaz ha asolerado su toreo. Los años y el banquillo no han hecho mas que mejorar su ya de por si magnifico y selecto concepto. Pero también su técnica. Además es un gran estoqueador que ejecuta y arriesga de verdad en la suerte suprema matando por arriba y por derecho.
Está en su mejor momento. A pesar de todo dos orejas en Madrid este año; no le han servido ni para estar en San Isidro. Solo algunas ferias menores y alguna que se acordó como Pamplona. Los antis de dentro... Pero Curro es un torero idoneo para abrir cualquier cartel y en feria de postín. Ojalá le anuncien más antes de que se aburra, para seguir deleitándonos con esos pases de trinchera y esos interminables de pecho.

2 comentarios:

  1. Muy bueno el articulo, que como otros que has escrito, trata de que no nos olvidemos de los toreros que yo llamaria de verdad.
    Enhorabuena y sigue deleitandonos, aunque quede un poco amargor, en este mundo de luz y sombras.

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