viernes, 2 de septiembre de 2016

EL TORO DE OSBORNE; un clasico con historia.



El toro de Osborne ya es un clásico en nuestras carreteras ibéricas. Mítica imagen sello de identidad de nuestra piel de toro. Única en el mundo y exclusiva de la tierra madre del toro bravo.
Su historia se remonta al siglo XVII cuando un británico; Thomas Osborne se asentó en Cadiz donde empezó a exportar vinos de Jerez a UK y EEUU asociado a otros exportadores británicos. Decidió independizarse y fundar sus propias bodegas asentándose definitivamente en tierras gaditanas. La relación con el toro nació con los tratos comerciales y de cercana amistad con la familia Domecq; familia con negocios vinícolas y ganadería de bravo.


Fue un hijo suyo, Thomas quien sufragó parte de los gastos de la construcción de la plaza de toros de El Puerto de Santa Maria y una hermana suya casóse con el primer Marqués de Saltillo, ganadero..
La fortuna creció de forma meteórica y fue José Luis Osborne Vázquez el que compró la ganadería de Perico Domecq a principios de los 50 del siglo pasado. Ganderia que pasó a su hija Rosario y que hoy en día lleva un nieto suyo.
Ganaderamente los "osbornes" alcanzaron fama y notoriedad en las décadas de los 60 y 70 siendo estoqueados por las figuras de la época y en las ferias de tronio. Sus pelos ensabanados y salpicados enamoraron a aficionados y toreros como aquel inolvidable toro blanco; " Atrevido", que cuajó Antoñete en Las Ventas en 1966.



Y ahí surgió la genial idea de unir la imagen del toro negro con la leyenda de Osborne para expandir la marca de la casa. Fue en 1957 cuando se instaló el primero en Cabanillas de la Sierra en la carretera N-1 ( Madrid- Burgos). Poco a poco se fueron aumentando en número llegando a colocarse hasta quinientos por todo el territorio nacional.
Al principio eran de madera. Los agentes atmosféricos limitaban su durabilidad y se sustituyeron por sólidos armazones de hierro de hasta cuatro mil kilos de peso y 150 metros cuadrados.
Se hicieron populares y parte del paisaje de nuestra España. La imagen del toro de Osborne permanece en la retina y en la memoria de los españoles y turistas que surcan nuestros caminos.

Con la llegada de los años 90 y la odiosa intervención política de intereses anti patriotas y/o anti españoles llevaron al abismo al toro mas famoso del mundo.Su número se redujo a cerca de un centenar estando al borde de la extinción. Se suprimió la publicidad de la archiconocida bodega de los olorosos y brandys ( debido a una ley que prohibía la publicidad en redes viarias) pero se consiguió; no sin grandes esfuerzos, indultarle con una declaración de Bien de Interés Cultural quedando su futuro asegurado al menos de momento.

Lejos de la marca  Osborne ,el toro sigue reinando en los cerros y oteros, majestuoso y altivo. Su silueta es uno hito genial del diseño publicitario del siglo XX en Hispania. Su figura sigue siendo un distintivo único de esta península ibérica. Ha sido capaz de soportar cambios de régimen, políticos oportunistas y ataques de vándalos y antitaurinos radicales.
El toro de Osborne reina en el paisaje de momento. Ojalá sobreviva  a estos enloquecidos tiempos de antiespañolismo y antitaurinismo y otras generaciones puedan admirarlo en el futuro. Larga vida al toro de la carretera...
 

 

 

 


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