jueves, 21 de diciembre de 2017

CAZARRATA; EL GRAN DEPREDADOR CARDENO.

"Cazarrata" , núm..45, 503 kg. Moreno Silva
 
Casi dos años después de la lidia del toro CAZARRATA, de Moreno Silva, en Las Ventas el 31 de Mayo de 2016, se sigue hablando con pasión de su comportamiento en el ruedo de Madrid.
Salió en cuarto lugar y le tocó en desgracia a Sánchez Vara. Toro vareado de 503 kg. y con el número 45, cárdeno, abierto de pitones afilados.
Los frenazos en el capote del torero vestido esa tarde de "rana Gustavo" fueron la declaración de intenciones de la prenda. La cara a la altura del corbatín sin pasar ni el embroque del capote. Miradas al cuello. En el caballo manseó descaradamente con la cara a la altura de la montura en arreones y huidas al sentir el hierro. Pañuelo rojo. Banderillas negras.
La lidia transcurrió con pánico de los que estaban en el ruedo. Capotes por los suelos. No era para menos. Todo quisqui se dio cuenta en la plaza que allí había un criminal.
Cazarrata parecía estar "currado". También parecía no ver bien. Nunca hacia caso a los trastos aunque se los pusieran en la misma cara. No pasaba y no miraba a nada ni humillaba. Apuñalaba y esperaba su oportunidad. Toreado, burriciego o simplemente un hijo de la grandísima puta...? Era claramente intoreable.
Las banderillas fueron de infarto. El toro se tragó tres pares embistiendo envilecido al bulto con fiereza y agresividad. Los banderilleros se jugaron las tripas ante los estiletes orientados al pecho. Un mérito enorme de vergüenza torera.


Cazarrata tenia un sentido descomunal para atacar cuando podía sacar carnaza. Su pelo cárdeno claro bragado y ojos negros encendidos recordaban a un gran tiburón blanco hambriento de sangre. Parecía la versión taurina de la peli de Spielberg.
Siempre al acecho apuntando a matar. Un pavor.


 

 


La faena de muleta era imposible. No se dejó ni machetear. No había ni embroque ni medio viaje. No humilló ni para comer este toro? Vara le ponía la muleta a la altura del testuz para taparle la visión y el cabrón se iba directo al pecho como si la muleta fuera transparente. A la caza y traicionero. Tuvo que irse a por la espada rezando en recetarle un sartenazo. Emilio Muñoz en la retransmisión televisiva, le recomendaba que sacara un arco y le matara a flechazos desde el tendido, mientras mascullaba entre dientes que el pasaría la noche en el calabozo si le hubiera tocado a él. Hubieran volado las almohadillas para mi hoy con este pájaro, decía angustiado.


Sánchez Vara hacia gestos al tendido y al callejón de que el toro estaba toreado. Había auténtico miedo cuando se perfiló para asesinar al saltillo. Lo cazó con hombría y gran habilidad. Aun quedaban los últimos arreones a los capotes de los peones que tomaban el olivo mientras Cazarrata despedazaba capotes como si fueran de papel. La estocada fue mortal y al doblar el pajarraco la plaza respiró aliviada. Los toreros casi se abrazaban tras el trance pasado que nunca olvidarían.
Terminaba el capítulo mas terrorífico en mucho tiempo en Las Ventas.
Nunca sabremos si Cazarrata estaba toreado, era burriciego, había ido a ver tentaderos detrás de la tapia o había hecho un master en cazar toreros.

 
Su comportamiento jurásico, asilvestrado, montaraz, de inteligencia de catedrático deslumbró y acojonó por igual.
Por eso hoy se sigue debatiendo, admirando, vilipendiando. Por encima de toros de bandera que han salido para hacer el toreo bueno, Cazarrata, el gran depredador, ha dado y dará mucho que hablar.
Y es que simplemente aquel día hubo mas emoción en la plaza que en 20 faenas de dos orejas y "pasa torito". Toros como este salieron antaño y deben salir de vez en cuando, para recordar que esta fiesta es y debe ser emoción ante todo. Y los toreros que lo lidiaron se portaron como héroes en un derroche de valor de hierro, verdad desgarrada y profesionalidad.
Aquella última tarde de Mayo se vivió una peli de miedo en cárdeno..


jueves, 7 de diciembre de 2017

BARCIAL; SUPERVIVENCIA EN BLANCO Y NEGRO.





Recorrer la finca " La Matilla" es un ejercicio de nostalgia y añoranza de un tiempo pasado en la historia del campo charro.
BARCIAL , otrora ganadería de postín, presente en las primeras ferias es hoy un vestigio pseudofosil de un encaste en vías de extinción; el de Vega Villar.
En 1910 un excéntrico señor llamado José Vega creó un encaste inverosímil cruzando sangre de Veragua y de Santa Coloma. De ahí salieron unos animales inconfundibles con pintas y capas únicas. Los famosos patasblancas. Luceros, calceteros, facados, bragados, luceros, caretos, berrendos y entrepelaos. Un toro serio, ancho, de cabezas descomunales, bajos. Comportamiento encastado y bravo. Una bravura encendida que les dio fama y temor por igual.


La familia Sánchez Cobaleda se hizo con una gran parte del hato inicial allá por 1928. Desde entonces la crianza de los guapos toros ha ido pasando de generación en generación dentro de la misma familia. Desde 1950 en manos de Arturo Cobaleda.

Los viejos encinares de "La Matilla" esconden el manantial único de una sangre brava apartada y olvidada. Un esquilmado número de vacas madres; reducido por perversos saneamientos. En la finca "Barcial" son los machos los habitantes de la dehesa.
 Lejos quedan los años 40,50 y 60 donde los barciales eran lidiados por las primeras figuras de aquellas épocas y en las plazas de primera. Tardes triunfales en blanco y negro en todas las plazas, como aquella de Plasencia de 1943, en la que se cortaron los máximos trofeos posibles ( patas incluidas) en la primera gran corrida del siglo y con Manolete en el cartel.

Madrid fue siempre una de las plazas talismán de este hierro donde se consagró durante decenas de sanisidros. Francia y su torismo militante también ha apostado por esta ganadería y ha sido la tabla de salvación en las últimas décadas.
La plaza de tientas, cuadrada, añeja, castellana, recia es seguramente la de más sabor del campo charro. Entre sus muros se han tentado cientos de vacas con edad y trapío de toro por los mejores toreros. Siempre con la idea de la casta por bandera. La exigente prueba del caballo y la humillación encendida en la muleta. Una idea perdurante en la casa. El toro y solo el toro. Criar animales para dar emoción. Lejos de gustar a los toreros Barcial siempre apostó por el espectáculo frente a modas y momentos.
Una finca clavada en el tiempo. Sin lujos ni modernidad pero con el encanto recio y el sabor añejo imperturbables. Ni fundas ni correderos. Dehesa a palo seco.



Hoy en día nadie los quiere. Ni toreros ni empresarios. El ostracismo de un encaste al borde de la puntilla.
Jesús Cobaleda González Zapatero, hijo del viejo Arturo se resiste a morir. Heredero de un tesoro amenazado lucha por sobrevivir a pelo contra todo y contra todos en un mundo taurino cada vez más alejado del TORO. Joven que alterna su pasión artista escultórica con la defensa de sus toros de "casta vieja".
Una pena. Una nostalgia profunda invade al aficionado al contemplar esos becerros guapos blancos y a sus madres; "galanas", unas tías con toda la barba. Las frías mañanas del invierno tapizan de cencellada los quemados campos salmantinos de La Matilla. Recias encinas y cercados acojen el reducido rebaño diezmado por el tiempo y el olvido.  Permanecen silentes guardando historias de toros bravos que pastaron salvajes durante casi un siglo.



La supervivencia de Barcial es heroica. El sacrificio de sus dueños es admirable. Sin clientes y sin valedores aguanta estoico solo por orgullo, afición e hidalguía castellana. Por amor a un encaste. La ruina por el toro. Todo por un sueño.
Aunque ya no lo sepan muchos, Barcial existe. Hay patasblancas en Salamanca. Otra especie claramente amenazada que se resiste a morir con la boca cerrada y en pie como los bravos. Ya hemos perdido demasiado manantial de sangre brava, han desaparecido encastes históricos ante la indiferencia del sector y la complicidad de una administración inmisericorde e intervencionista y antitaurina.
La lucha de Barcial continua pese al triunfalismo de la fiesta moderna poseída por el encaste Domecq y el toro para el torero.. pese a la desbandada de históricos ganaderos de Salamanca hacia el encaste jerezano .. Aquí  el TORO es para el aficionado... y ya no quedan apenas.


Jesús Cobaleda y el matador Alberto Durán.